#ParticipaciónCiudadana, ilustración de Urbano García Hernández |
El ciudadano es el eje central de la política, no los partidos políticos
Es necesario seguir formando
ciudadanos a través de una gran cruzada por la educación cívica, y ahora con la
propuesta de una participación más activa. Con ello, llegamos a un modelo de
teoría política llamado republicano o neorrepublicanismo.
El término república parte de un jurista, Cicerón, y su obra, La República (52 a. C.), en la que la
define: "Es pues, la república, la cosa del pueblo, y el pueblo, no toda
agrupación de hombres agregada de cualquier manera, sino la agrupación de una
multitud, asociada por un consenso de derecho y la comunidad de
intereses".
Este consenso es el que buscamos ahora
con la propuesta de la democracia participativa, a través de la cual podemos
consensar en vez de protestar, o protestar para después conciliar. Éste es sólo
el inicio de un camino que se convierte en tu compromiso participativo.
Juan Carlos Velasco Arroyo,
citado por Rafael Enrique Aguilera, indica: "Este modelo republicano está
asociado a tres elementos políticos básicos: participación ciudadana, primacía
del demos y deliberación pública,
siendo el primer elemento el más genuino y decisivo de esta tradición
profundamente comprometida con la democracia". Todo este movimiento
participativo se ha convertido en una corriente de la ciencia política auspiciada
por autores de la talla de Arendt, Pocock, Skinner o Pettit, llamada
neorrepublicanismo, misma que, en palabras de Aguilera, "está propiciando
una revolución político-pedagógica en la ciencia política y constitucional. El
neorrepublicanismo constituye en la actualidad una corriente política de gran
impacto e influjo que pretende recuperar y rescatar la ciudadanía pública y
activa que el liberalismo político conservador ha convertido en pasiva y
privada. En este sentido, la institución esencial del re-publicanismo es la
ciudadanía entendida como fusión de demos
(politeia) y civis (res pública). El
ciudadano se convierte en el verdadero protagonista del proceso político".
Parafraseando a un filósofo
fundamental, considerado por muchos como uno de los lingüistas más importantes
de todos los tiempos, Noam Chomsky: "Es necesario hacerlo de manera
disciplinada, sostenida y pronta. No va a ser fácil proceder, habrá inconvenientes
y fracasos [...] es inevitable"; la participación no es la llave mágica
que resolverá todos nuestros problemas, pero sin duda puede abrir muchas
puertas:
No es posible alcanzar iniciativas si no existe una base grande, activa y popular.
Organizar una base semejante implica educación y activismo. Educación no significa decirle a la gente lo que debe creer; también significa aprender de ellos y con ellos. En una frase célebre Karl Marx dijo que la tarea no consiste en entender al mundo, sino también en cambiarlo. Una variante que hay que tener presente es que si uno quiere cambiar el mundo, más vale que trate de comprenderlo. Esto no sólo quiere decir oír una conferencia o leer un libro, aunque en ocasiones pueda ser de ayuda. Se aprende participando. Se aprende de los otros. Se aprende de la gente a la que se está tratando de organizar. Todos tenemos que adquirir la comprensión y la experiencia para formar e implementar ideas y planes para saber cómo avanzar."
El ciudadano es el eje central de
la política, no los partidos políticos. Indígnate cuando sea necesario,
protesta pacíficamente cuando se te trate como súbdito y recuerda que tu mejor
aliado es la participación, el otro, el nosotros. Así fortaleceremos nuestra
sociedad y nuestra democracia.
En este Blog hemos mezclado dos
verbos que podrían ser antagónicos, pero que no lo son:
Protesto por México, participando.
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