Imagen: Calde/ bit.ly/1OXuKhp |
La situación actual de la
sociedad mexicana no es sorpresiva. La historia de nuestro país da claros
ejemplos de la resistencia de la sociedad a cualquier cambio. Tal aspecto no es
necesariamente malo, siempre y cuando se canalice hacia la razón, la
información y la organización de todos los elementos movidos por esa
resistencia.
Es tiempo de acción, reacción y
participación de los ciudadanos.
Corresponde a los más comprometidos entre
ellos liderar este movimiento, que avanza poco a poco no sólo en la escena
política mexicana, sino también en la global.
Frente a los peligros que afrontan nuestras sociedades interdependientes es tiempo de acción, de participación, de no resignarse. Es tiempo de democracia genuina. Tiempo de movilizarse, de ser actores y no sólo espectadores impasibles, progresivamente uniformizados, gregarizados, obedientes.
Para lograr los cambios que se
persiguen, la protesta debe encauzarse a través de la acción cívica.
La acción cívica, como dirían
Alan Fowler y Kees Biekart, debe ser constructiva y transformativa. Su mensaje
central es la "autoorganización de los ciudadanos en torno a valores
inclusivos" en "el concepto de ciudadano como cocreador y la
caracterización de la democracia como en desarrollo, es decir, un sistema de
gobierno que fomenta la autoorganización del ciudadano en torno a proyectos que
generan empoderamiento político".
Al respecto, Savater menciona que
"los ciudadanos libres y pensantes deben ser conscientes de la
obligatoriedad de su participación en la política.
Un ser pensante tiene que
ser político. Como decía Aristóteles, somos animales políticos".
Entre las opciones actualmente
disponibles, la participación ciudadana y la democracia participativa son a mi
juicio las más acertadas.
PARTICIPACIÓN CIUDADANA
La participación ciudadana se
hace presente cuando los ciudadanos intervienen en el gobierno, no para asumir
un cargo público, sino para contribuir al mejoramiento de su país.
El propio
término participación se traduce en acción. Por eso no existe una participación
pasiva, ésta siempre será activa.
La participación debe ser elemento rector en
la vida de un ciudadano, por el cual tiene que ser activo no sólo el día de la
votación, sino siempre.
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