domingo, 26 de noviembre de 2017

Otros artículos de El Universal



Hasta hoy, mis artículos en la sección editorial de EL UNIVERSAL, Ciudad de México, con sus respectivos links. ¡Saludos!

El CIUDADANO, EL ENEMIGO Y EL ESTADO
Parte 3: http://eluni.mx/2hOt7Jt
Parte 2: http://eluni.mx/2l6QaAm
Parte 1: http://eluni.mx/2xBV0u7

MÉXICO SIN FISCALES, CRISIS DEL ESTADO DE DERECHO
http://eluni.mx/2yramTE

DEMOCRACIA AMENAZADA
http://eluni.mx/2tAC8HD

NOTICIAS FALSAS, OTRO ATENTADO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
http://eluni.mx/2rD0jXw

COALICIONES RUMBO AL 2018
http://eluni.mx/2wqz3gG

LA GRAN TENOCHTITLAN
http://eluni.mx/21DuXH7





jueves, 5 de octubre de 2017

"EL TERREMOTO TAMBIÉN FUE INTERNO"; ULRICH RICHTER, AL PRESENTAR: EL CIUDADANO, EL ENEMIGO Y EL ESTADO



Nos despertó la tierra, 7 y 19 de septiembre.

La vida seguía su curso hasta que el jueves 7 de septiembre la naturaleza nos envió un mensaje, y no cualquiera.

Fue la primera vibración telúrica en las zonas de Chiapas, Oaxaca, Puebla y Tabasco, dando una advertencia de lo que podía ocurrir en otras partes.

Días después, otra oscilación en principio silenciosa se comenzó a tornar con gran fuerza y nos puso, por así decirlo, a temblar. En esos momentos no nos imaginábamos el daño que traía consigo, hasta que minutos después empezaron las nubes de polvo. Lo cual, se constataba minuto a minuto con las imágenes que aparecieron en las redes sociales, mismas que sembraron el temor y terror de que podría haber derrumbes de edificios y casas, que se iban desgraciadamente confirmando, convirtiéndose en montañas de escombros, donde podía estar sepultada nuestra gente, nuestro México.

La magnitud del sismo de 7.1 grados en la escala de Richter había cimbrado a la ciudad de México y a los Estados vecinos, Estado de México, Morelos y Puebla.

La solidaridad de los mexicanos no se hizo esperar, tal como aconteció en el sismo del mismo día, pero 32 años antes, 19 de septiembre del 1985, pero hoy muchos de los actores y héroes no habían vivido o nacido en aquella época, y por ello, recuerdo a Carlos Monsiváis:

“El 19 de septiembre, los voluntarios (jóvenes en su inmensa mayoría) que se distribuyeron por la ciudad organizando el tráfico, creando “cordones” populares en torno de hospitales o derrumbes y participando activamente —y con las manos sangrantes— en las tareas de salvamento, mostraron la más profunda comprensión humana y reivindicaron poderes cívicos y políticos ajenos a ellos hasta entonces. [...].

Y en respuesta ante las víctimas, la ciudad de México conoció una toma de poderes, de las más nobles de su historia, que trascendió con mucho los límites de la mera solidaridad: fue la conversión de un pueblo en gobierno y del desorden oficial en orden civil.”

De igual forma, hoy la fuerza de México salió del voluntariado, de sus ciudadanas y ciudadanos que se integraron a los cuerpos de rescate como la cruz roja, bomberos, policía, soldados y marinos, todos ellos conforman también la ciudadanía.

Una vez más, se constata que cuando los ciudadanos se unen, integran o forman lo que es el poder ciudadano, del que hemos hablado desde el año 2011.

Una nueva generación emergió, la generación del 17 así hoy bautizada, integrada por miles de jóvenes quienes sintieron en lo más profundo de su corazón el amor por el prójimo, por su semejante, por el otro, donde les daba lo mismo meterse entre los escombros y las columnas derribadas, que sacar los ladrillos en cubetas.

Esta generación de voluntarios son los jóvenes entre los 14 y 27 años, o todos aquellos que se volcaron a participar, que salieron a las calles y ayudaron entre las ruinas y se amontonaban en los edificios colapsados, ellos fueron el alma de los centros de acopio.

No hay duda, la fuerza de México es la sociedad civil.

Con ello, confirmamos que no hay mayor fuerza en México que la participación de sus ciudadanos y la activación de la sociedad civil. Tal y como nos referimos en los libros “Manual del Poder Ciudadano. Lo que México Necesita” y “De la Protesta a la Participación Ciudadana”.

Una vez más, corroboramos que no en vano la letra de nuestra Constitución señala que el pueblo es el soberano, que no hay ningún poder encima de él:

Fue soberano, en la forma en que se tendió sin recato alguno para ayudar al que lo necesitaba.

Fue soberano, porque colaboró en las acciones del rescate. Fue soberano, en su filantropía.

Fue soberano, en consolar al desvalido.

Fue soberano, porque ha estado por encima de la propia autoridad ante el desastre natural, ya que solo pocos actores políticos aparecieron, como si la nube de polvo se los hubiera llevado.

La indignación de los ciudadanos no se hizo esperar en contra de algunas autoridades, las protestas y propuestas surgieron de la sociedad civil.

El ciudadano emergió como el eje central de la misma, como lo que es, el centro neurálgico de cualquier Estado.

Así es, el ciudadano es el eje rector de esta nueva obra así bautizada “El Ciudadano, el Enemigo y el Estado”, por ello les agradezco infinitamente a cada uno de ustedes su presencia esta noche.

Esta trilogía: el ciudadano, el enemigo y el Estado ha sido parte de la historia de la humanidad; los diversos enfoques, las distintas concepciones, son determinantes para temas de convivencia social, así como también en los ámbitos del derecho, político y filosófico.

Dos movimientos y no sísmicos con distintas posturas sacuden este texto.

La del garantismo de Luigi Ferrajoli y la del Derecho Penal del enemigo de Günther Jakobs, analizo a partir de sus posturas el sistema jurídico constitucional y en materia penal desde
1988, hasta la fecha.

La obra te invita a la polémica, al debate. El dilema surge en distinguir: quién es ciudadano, amigo o enemigo, o no amigo; esta combinación de nombres o adjetivos nos arroja un sinnúmero de interrogantes:

¿Quién es el ciudadano?

¿Cuándo el ciudadano se convierte en enemigo del Estado?

¿Cuándo el Estado convierte a un ciudadano en enemigo?

¿Cuándo el enemigo atenta contra el ciudadano o cuándo el Estado te trata como enemigo?

La obra está dividida en siete capítulos.

A lo largo del texto se analiza y discute sobre los derechos humanos, el terrorismo, el rumbo del Derecho Penal y la democracia mexicana en el Estado Social y Democrático de Derecho, ante el embate del crimen organizado.

Entre los filósofos y juristas que se retomaron para el análisis están Kai Ambos, Jean-Jacques Rousseau, Immanuel Kant, Thomas Hobbes, Johan Gottlieb Fichte, Carl Schmitt, Eugenio Zaffaroni, Francisco Muñoz Conde, Roxin, Giambattista Vico, Manuel Cancio Meliá, Miguel Polaino-Orts, Aristóteles y muchos más.

El texto nos invita a reflexionar sobre las sacudidas que ha sufrido nuestra democracia y que la han convertido en una democracia amenazada.

Por ello, planteo las siguientes interrogantes:

¿Quiénes serían los enemigos de los ciudadanos, de la sociedad y, por ende, del Estado?

¿El crimen organizado, los terroristas, los enemigos o adversarios políticos, o cobra vida hoy la figura de los partidos políticos?

Pero hoy, la ciudadanía mantiene su indignación por la falta de resultados y de alguna manera ante la crisis que atraviesan los partidos políticos, los considera los no amigos, ejemplo de ello es que, en unas cuantas horas, la plataforma change.org recaudó millones de firmas solicitando la reasignación del presupuesto de los partidos políticos para las campañas del año entrante, a las víctimas del terremoto.

Amigas y amigos:

En los sismos hay gran dolor y destrucción, por ello, lamentamos la pérdida de vidas de nuestros seres queridos, de nuestros jóvenes estudiantes y niños, que nunca olvidaremos.

Hoy, nos toca a todos nosotros la reconstrucción, lamentablemente, las vidas   humanas no las podemos recuperar, la partida de nuestros hermanos mueve en la profundidad de cada uno de nosotros, nos hace reflexionar sobre el valor de la vida y el poder de la naturaleza.

La vida es breve y frágil ante la fuerza de la naturaleza, ella nos lo recuerda, pero lo pasamos inadvertido.

El movimiento de los ciudadanos ya se gestó ante el llamado de la naturaleza y desde el fondo de nuestras tierras se hacía rugir, despierta que ya es la hora de tomar las riendas.

Despierta ciudadano.

El águila debe de despertar.

Las sacudidas nos permiten que salga el polvo de lo que no nos sirve. Este terremoto externo también fue interno porque llegó hasta la esencia del ser mexicano y nos permite buscar dentro del derrumbe lo que ha quedado de pie, lo que verdaderamente tiene valor para nosotros:

Ser mexicano. Por México.

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Palabras de Ulrich Richter Morales para la presentación del libro “El Ciudadano, el Enemigo y el Estado”

"SER CIUDADANOS O SIMPLES HABITANTES". FERNANDA FAMILIAR PRESENTA: EL CIUDADANO, EL ENEMIGO Y EL ESTADO



El ciudadano, el enemigo y el Estado, de Ulrich Richter

Por Fernanda Familiar

Publicado en: EXCELSIOR 30/09/2017 y en www.fernandafamiliarsoy

La semana pasada, mientras terminaba de leer El ciudadano, el enemigo y el Estado, recuerdo que entre mis notas para esta presentación había un tema que me indignaba sobremanera por su relación directa con las injusticias sociales que he experimentado como periodista, pero sobre todo que me tocan y lastiman como ciudadana.

Podría decir que me costó trabajo encontrar ejemplos que puntualizaran esta indignación, pero me causa una doble indignación confesar que la dificultad fue seleccionar entre los cientos de casos que tenía en la memoria, cuál podría resultar más claro y preciso para hablar de cuando el Estado de Derecho se convierte en un derecho del Estado para representar un rol antagónico en contra de los ciudadanos.

Esos ciudadanos que le hemos dado precisamente la legitimidad y el poder de ir en contra de nuestros derechos fundamentales al Estado, que más allá de protegernos mediante la normatividad, se escuda en ésta para negarnos la protección y las garantías más elementales.

Y de repente, un sismo de 7.1 grados de intensidad azotó nuevamente el centro del país. Un desastre natural que, paradójicamente, generó también un fenómeno social que hace tiempo parecía haber desaparecido en nuestro país: el poder del ciudadano. Que me trajo a la mente el libro anterior de Ulrich Richter.

Ese ciudadano que se levanta frente a las desgracias y los embates de la naturaleza, que en los últimos tiempos ha demostrado ser más poderosa que cualquier armamento o riqueza económica.

Ulrich Richter afirma en este nuevo libro: “Ser ciudadano es aquel que respeta las normas de convivencia. De lo contrario, se denomina habitante.” Y en otra parte dice: “En este país hay más habitantes que ciudadanos”.

Y entonces, ese concepto de enemigo del Estado se aplica no sólo al crimen organizado, al terrorismo o al narcotráfico. Se emplea correctamente, como lo explica Ulrich Richter, en los violadores, en los secuestradores, en los asesinos y todas esas plagas sociales que dejaron hace mucho de ser ciudadanos para convertirse en meros habitantes.

Recordé aquella entrevista que le hicieron a Günther Jakobs en Argentina, hace más de diez años. Donde precisamente decía que “el enemigo tiene menos derechos y no debería existir igualdad ante la ley”.

Veracruz y Quintana Roo fueron dos de los estados en donde el Estado de Derecho se usó como el derecho del Estado para despojar a cientos de personas de su patrimonio, y todo bajo la normativa de leyes que estos rufianes modificaron a su antojo para poder realizar estos robos bajo el amparo de la ley.

Aquí es donde el derecho penal del enemigo, del que habla Ulrich Richter, me parece una de las medidas que surgen de la misma impunidad de los enemigos que se encuentran en ese Estado que lejos de garantizarnos protección, hoy más que nunca, se ha convertido en un recuerdo amparado bajo la ley para la ejecución de delitos.

Y sí, Ulrich Richter, te doy la razón cuando dices que en México hay más habitantes que ciudadanos. Esos habitantes son los Gobernadores que roban a los que menos tienen; los servidores públicos que actúan en complicidad con los delincuentes en contra de los ciudadanos; las autoridades que, supuestamente, realizan de manera incorrecta las diligencias en los procesos para que ese mismo Estado de Derecho sea el que libere a los criminales.

En las páginas de este libro, Ulrich Richter rescata una de las frases de Immanuel Kant con las que más me identifico como ciudadana de este país en el que a diario veo cómo los que menos tienen, son los que más sufren y a los que menos se les protege: “El criminal es indigno de ser tratado como ciudadano.”

¿Por qué un delincuente debe tener los mismos derechos que los demás ciudadanos que cumplimos con la ley? ¿Un violador es un ciudadano? ¿Un secuestrador es un ciudadano? ¿Un servidor público que utiliza su cargo para perjudicar a la sociedad que debe servir, es un ciudadano?

Es entonces cuando ese derecho penal del enemigo es una opción bastante lógica dentro de una sociedad donde el hartazgo se hace presente con marchas, firmas y protestas públicas en todos los sectores de la ciudadanía.

A raíz del sismo que sufrimos la semana pasada, vimos un despertar en muchos que antes eran meros espectadores de una realidad política y social estática. Donde la desesperanza y la apatía formaban esa gran barrera entre los que se quejan y los que hacen algo a diario para vivir en un mejor país.

Amparados bajo la “ilegalidad”, así lo digo, entre comillas, de utilizar ese presupuesto para algo que no estipulaba la ley, un dinero que es generado por nuestros impuestos, los partidos políticos no lo querían destinar para los mismos ciudadanos que más lo necesitan en este momento. ¿Podría ser este caso el que ejemplifique cuando el Estado se convierte en enemigo del ciudadano?

A simple vista, pareciera que libro de Ulrich Richter es para juristas o estudiantes de Derecho. Sin embargo, creo que en esta realidad, en estos tiempos donde los medios de comunicación dicen tantas cosas sin informar casi nada, comprender a fondo y con fundamentos los conceptos de ciudadano, enemigo y Estado, además de una obligación, es una manera de hablar con claridad e inteligencia a todos aquellos que depositan en nosotros su confianza.

Ya desde su libro El poder del ciudadano, Ulrich Richter se volvió en un autor obligado para aquellos que pensamos que el verdadero poder de una nación no está en sus gobernantes, sino en sus ciudadanos. Porque somos nosotros los que los elegimos, pero también los que podemos hacer que se vayan de esos puestos y exigirles que cumplan con sus obligaciones.

Los ciudadanos somos los primeros en seguir las normas y en exigir que los llamados “habitantes” sean castigados cuando las violan. Somos los que salimos a las calles cuando un sismo provocó derrumbes y hay más ciudadanos atrapados. Somos esas manos que mueven piedras, pero también esas voces que exigen que el Estado nos proteja. Somos los que nos levantamos cada día para hacer las cosas bien y confirmar lo que desde hace tantos años he repetido día a día: que en México, somos más los buenos.

Puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que El ciudadano, el enemigo y el Estado, es una lectura que nos lleva por la memoria de los acontecimientos pasados y presentes, de una sociedad que exige más que nunca un cambio en la impartición de justicia y la normatividad donde los derechos fundamentales del ciudadano estén protegidos por encima de los enemigos del Estado.

Mi más sincero reconocimiento a Ulrich Richter por este nuevo libro y por convertirse con éste y sus publicaciones anteriores, en la referencia obligada de una nueva concepción de lo que hoy en día somos los ciudadanos en un país que necesita transformarse desde sus cimientos que son la gente, para la gente y por esa gente que exige justicia.

Link a la publicación:

http://fernandafamiliar.soy/colaboradores/fernanda-familiar/el-ciudadano-el-enemigo-y-el-estado-de-ulrich-richter/

Presentación del libro: EL CIUDADANO, EL ENEMIGO Y EL ESTADO



EL UNIVERSAL, El Gran Diario de México. 29/09/2017. Por Ariadna García

Ealy: pocos políticos aparecieron tras sismo

Ciudadanos demostraron solidaridad luego del temblor, dice; jóvenes con su visión, obligados a cambiar a México, afirma

La emergencia que se desató en el país luego de los terremotos del 7 y 19 de septiembre pasados dejó en evidencia que el Estado se vio rebasado por la ciudadanía, resaltó el Presidente Ejecutivo y del Consejo  de Administración de EL UNIVERSAL,  Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz.

Al participar en la presentación del libro El Ciudadano, el Enemigo y el Estado,  de Ulrich Richter, el Licenciado Ealy Ortiz enfatizó que se descubrió una nueva generación de jóvenes destinados a cambiar el panorama político y social  del país.

“Además de la tragedia que representó el triste  fallecimiento de centenares de ciudadanos exactamente 32 años después del terremoto de 1985, se hizo evidente,  al igual que entonces, el hecho extraordinario de ver a los ciudadanos de nueva cuenta superando al Estado con su comportamiento y solidaridad ejemplares.

“Descubrimos una nueva generación de jóvenes que con su entrega y trabajo desinteresado, como  voluntarios, pero también con su visión crítica y entusiasta, están destinados a cambiar quizá radicalmente el panorama político y social  de nuestro querido  México”, expresó.

El Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, acompañado de su esposa Perla Díaz de Ealy, además del Director General de EL UNIVERSAL, Juan Francisco Ealy Lanz Duret, recordó el emblemático texto que el Premio  Nobel de Literatura, el mexicano Octavio Paz, escribiera tras aquel terremoto del 19 de septiembre de 1985 en el que destacó la rápida  reacción de la ciudadanía ochentera.

De aquél texto rescató la emblemática frase:  “Hay que devolverle a la sociedad lo que es de la sociedad”.

Llamó a analizar  temas, por ejemplo, en qué consiste el llamado poder del ciudadano y los derechos humanos sobre el sistema jurídico.

Es necesario mirar la convivencia social  en el Estado moderno, así como  el crecimiento de la delincuencia organizada y con ello el actual sistema jurídico mexicano, indicó.

Ante tales  situaciones, Ealy Ortiz mencionó la prensa libre y el periodismo crítico, que tiene un papel especial en la medida en que garantice la diversidad de voces críticas.

Es tiempo  de crear un régimen  especial y una sociedad que actúe con información fundamental y con una valoración y respeto a las diversas posturas ideológicas y eso  debe  ser el aporte del periódico verdadero, señaló Ealy Ortiz.

“Ese es el aporte del trabajo cotidiano de EL UNIVERSAL”,  dijo.

El Licenciado Ealy Ortiz planteó la necesidad de crear políticas públicas que permitan a las nuevas generaciones un desarrollo pleno. Ulrich Richter hizo distinción de la generación del 17, esa  que salió a las calles  para ayudar a todos aquellos afectados por el temblor.

“La fuerza  de México es la sociedad civil. Pocos actores políticos aparecieron y la indignación ciudadana no se hizo esperar”, subrayó.

A la presentación acudió  el aspirante a candidato presidencial independiente, Armando  Ríos Piter, y el magistrado Horacio Hernández.

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Link a la publicación:
http://www.eluniversal.com.mx/nacion/sociedad/ealy-pocos-politicos-aparecieron-tras-sismo