lunes, 25 de enero de 2016

LÍDERES DE MOVIMIENTOS CIVILES / GANDHI: EL REBELDE PACIFISTA





Considero importante hacer un breve repaso de algunos líderes que, a través de su valor y acción, emprendieron transformaciones en sus pueblos o países. A lo largo de la historia las protestas y manifestaciones han sido motores de cambio y factores esenciales que contribuyeron a la promoción de los derechos humanos.

En todas las regiones del mundo y épocas de la historia, líderes y activistas han liderado e inspirado movimientos de protesta que prepararon el terreno para los logros conseguidos en la esfera de los derechos humanos.

He realizado una minuciosa selección de algunos líderes sociales y políticos. De antemano sé que podrían faltar algunos, pero aquí sólo daré unas pinceladas de su rebeldía, que cambió no únicamente su vida, sino también el destino de su país: Emiliano Zapata, Francisco Madero, Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Nelson Mandela, Lech Walesa, Inácio Lula da Silva y José Mujica.  

Comienzo con Gandhi, en razón de que esta misma semana, el 30 de enero, cumple 68 años de fallecido.

GANDHI: EL REBELDE PACIFISTA

Mohandas Karamchand Gandhi fue un abogado, político y pensador indio de los siglos XIX y XX. Nació el 2 de octubre de 1869 en Porbandar, distrito de Gujarat, Kathiawar, una pequeña ciudad costera al oeste de la India.

Cuando tenía 18 años se mudó a Londres para estudiar derecho en el University College. Una vez terminada la carrera, volvió a la India, de donde, como representante legal de una empresa, se trasladó a Sudáfrica, sin saber que permanecería ahí 21 años. En ese país vivió en carne propia la discriminación racial, ya que un uno de sus viajes en tren de Durban a Pretoria fue expulsado de un vagón de clase superior en la que no tenía derecho a viajar por ser nativo de un territorio colonizado. "En opinión de Arun Gandhi, nieto de Mohandas y activista político por la paz y los derechos humanos, ´aquella humillación fue lo que realmente despertó en él el deseo de cambiar las cosas, y pasó toda la noche sentado en el andén pensando cómo podría hacer justicia´.”

Participó junto con los británicos como camillero en la guerra de los bóers, que enfrentó a las autoridades coloniales británicas con los descendientes de los antiguos colonos holandeses entre 1899 y 1902, y también en la rebelión de los zulúes de 1906, que fue cruelmente reprimida por los británicos. 

En 1907 las autoridades inglesas aprobaron una ley que obligaba a todos los inmigrantes indios a registrarse con sus huellas dactilares y que facultaba a la policía a registrar sus casas para asegurar el cumplimiento de la ley. En esta ocasión, Gandhi puso en marcha por primera vez el satyagraha (literalmente en sánscrito, "aferrar firmemente la verdad"). Con esta palabra designó su doctrina de poner en práctica la desobediencia civil combinada con la no violencia. "Puestas en práctica de forma colectiva, daban como resultado una resistencia pasiva por parte de la población que dejaba desarmadas a las autoridades: los desobedientes no delinquían, sencillamente se dedicaban a no colaborar con las autoridades en aquellas cuestiones que consideraban injustas o ilegítimas; si se reprimían violentamente sus manifestaciones, como era frecuente, no oponían violencia a la autoridad agresora, que quedaba deslegitimada ante la sociedad.” 

A su regreso a la India ya era un líder político popular y un ser profundamente religoso. En 1919 las autoridades británicas aprobaron un paquete de medidas legales que, so pretexto de abortar conspiraciones revolucionarias, perpetuaban la restricción de los derechos civiles, frente a lo que Gandhi lanzó su primera campaña nacional de resistencia pasiva, que incluyó un llamado a la huelga general y manifestaciones masivas, mismas que fueron reprimidas a tiros por los ingleses y en las que murieron 379 personas. Meses más tarde Gandhi escribió sobre el inicio de la lucha por la independencia, lanzando un movimiento nacional de no cooperación, por lo cual fue arrestado y juzgado en marzo de 1922. Condenado a seis años de prisión, fue transformando la apatía de los indios en una participación activa. 

En 1930, el gobierno británico aplicó un impuesto sobre la sal, lo que afectaba a la población más pobre, para lo cual Gandhi organizó una peregrinación pacífica, que duró 24 días, animando a los indios a fabricar y vender sal; la represión no se hizo esperar, y se arrestó a más de 60 mil personas, incluyendo a Gandhi. Ante tales disturbios, el virrey invitó a negociar a este último, negociaciones que se trasladaron a Londres, a las que Gandhi ya llegó vestido con un paño que cubría su cintura y una capa para protegerse del frío. Para entonces ya contaba con 62 años de edad y siguió la lucha, que se cruzó con el estallido de la segunda guerra mundial en 1939, cuando el virrey declaró a la India en guerra contra Japón. En 1942 reclamó la independencia, situación que de nueva cuenta lo llevó a la cárcel. Una vez terminada la segunda guerra en 1945, la crisis económica dejó sin recursos a Gran Bretaña para reconstruir el aparato imperial y se convocó a elecciones, proclamándose la independencia de la India el 15 de abril de 1947.

Gandhi no sólo fue un ejemplo de hombre comprometido con erradicar la injusticia y conseguir un mundo mejor, sino que para conseguirlo desarrolló procedimientos radicalmente nuevos en la historia de la humanidad. La no violencia, la no colaboración con las autoridades y la resistencia pasiva a sus decisiones se mostraron más efectivas que el más moderno de los tanques o el más eficiente de los aviones.

Dijo Gandhi:

No soy un visionario, pretendo ser un idealista práctico. La religión de la no violencia no está destinada meramente a los rishis y los santos, también está hecha para la gente común. La no violencia es la ley de nuestra especie, como la violencia es la ley de las bestias. En los animales, el espíritu yace dormido, de modo que no conocen otra ley que la del poder físico. La dignidad del hombre requiere de la obediencia a una ley más elevada: la fuerza del espíritu. Por ello, me aventuré a proponerle a la India la antigua ley del autosacrificio. Porque el satyagraha y sus derivados, la no-cooperación y la resistencia civil no son otra cosa que nombres nuevos para la ley del sufrimiento. Los rishis que descubrieron la ley de la no-violencia en el centro de la violencia fueron genios más grandes que Newton y guerreros más grandes que Wellington. Conociendo la fuerza de las armas, se dieron cuenta de que su salvación se encuentra no en la violencia, sino en la no-violencia.

El 30 de enero de 1948, a la edad de 78 años, fue asesinado por Nathuram Godse.

lunes, 11 de enero de 2016

CIUDADANOS: TIEMPO DE ACCIÓN Y COMPROMISO



Imagen: Calde/ bit.ly/1OXuKhp


La situación actual de la sociedad mexicana no es sorpresiva. La historia de nuestro país da claros ejemplos de la resistencia de la sociedad a cualquier cambio. Tal aspecto no es necesariamente malo, siempre y cuando se canalice hacia la razón, la información y la organización de todos los elementos movidos por esa resistencia.

Es tiempo de acción, reacción y participación de los ciudadanos.

Corresponde a los más comprometidos entre ellos liderar este movimiento, que avanza poco a poco no sólo en la escena política mexicana, sino también en la global. 


Frente a los peligros que afrontan nuestras sociedades interdependientes es tiempo de acción, de participación, de no resignarse. Es tiempo de democracia genuina. Tiempo de movilizarse, de ser actores y no sólo espectadores impasibles, progresivamente uniformizados, gregarizados, obedientes. 


Para lograr los cambios que se persiguen, la protesta debe encauzarse a través de la acción cívica.

La acción cívica, como dirían Alan Fowler y Kees Biekart, debe ser constructiva y transformativa. Su mensaje central es la "autoorganización de los ciudadanos en torno a valores inclusivos" en "el concepto de ciudadano como cocreador y la caracterización de la democracia como en desarrollo, es decir, un sistema de gobierno que fomenta la autoorganización del ciudadano en torno a proyectos que generan empoderamiento político".

Al respecto, Savater menciona que "los ciudadanos libres y pensantes deben ser conscientes de la obligatoriedad de su participación en la política.

Un ser pensante tiene que ser político. Como decía Aristóteles, somos animales políticos".

Entre las opciones actualmente disponibles, la participación ciudadana y la democracia participativa son a mi juicio las más acertadas.

PARTICIPACIÓN CIUDADANA 

La participación ciudadana se hace presente cuando los ciudadanos intervienen en el gobierno, no para asumir un cargo público, sino para contribuir al mejoramiento de su país.

El propio término participación se traduce en acción. Por eso no existe una participación pasiva, ésta siempre será activa.

La participación debe ser elemento rector en la vida de un ciudadano, por el cual tiene que ser activo no sólo el día de la votación, sino siempre.