lunes, 11 de enero de 2016

CIUDADANOS: TIEMPO DE ACCIÓN Y COMPROMISO



Imagen: Calde/ bit.ly/1OXuKhp


La situación actual de la sociedad mexicana no es sorpresiva. La historia de nuestro país da claros ejemplos de la resistencia de la sociedad a cualquier cambio. Tal aspecto no es necesariamente malo, siempre y cuando se canalice hacia la razón, la información y la organización de todos los elementos movidos por esa resistencia.

Es tiempo de acción, reacción y participación de los ciudadanos.

Corresponde a los más comprometidos entre ellos liderar este movimiento, que avanza poco a poco no sólo en la escena política mexicana, sino también en la global. 


Frente a los peligros que afrontan nuestras sociedades interdependientes es tiempo de acción, de participación, de no resignarse. Es tiempo de democracia genuina. Tiempo de movilizarse, de ser actores y no sólo espectadores impasibles, progresivamente uniformizados, gregarizados, obedientes. 


Para lograr los cambios que se persiguen, la protesta debe encauzarse a través de la acción cívica.

La acción cívica, como dirían Alan Fowler y Kees Biekart, debe ser constructiva y transformativa. Su mensaje central es la "autoorganización de los ciudadanos en torno a valores inclusivos" en "el concepto de ciudadano como cocreador y la caracterización de la democracia como en desarrollo, es decir, un sistema de gobierno que fomenta la autoorganización del ciudadano en torno a proyectos que generan empoderamiento político".

Al respecto, Savater menciona que "los ciudadanos libres y pensantes deben ser conscientes de la obligatoriedad de su participación en la política.

Un ser pensante tiene que ser político. Como decía Aristóteles, somos animales políticos".

Entre las opciones actualmente disponibles, la participación ciudadana y la democracia participativa son a mi juicio las más acertadas.

PARTICIPACIÓN CIUDADANA 

La participación ciudadana se hace presente cuando los ciudadanos intervienen en el gobierno, no para asumir un cargo público, sino para contribuir al mejoramiento de su país.

El propio término participación se traduce en acción. Por eso no existe una participación pasiva, ésta siempre será activa.

La participación debe ser elemento rector en la vida de un ciudadano, por el cual tiene que ser activo no sólo el día de la votación, sino siempre.

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