jueves, 9 de abril de 2015

ULRICH RICHTER. Entrevista con #LíderesMexicanos

 

Vena de justicia: Ulrich Richter Morales

"No comparto las corrientes que invitan a la gente a anular su voto o a no votar. Debemos de quitar la cultura del abstencionismo, asumirnos como ciudadanos y participar para poder sacar al país del estado en que hoy se encuentra..."


2015 marca un año de cambios para México, comenzando por los comicios electorales que tendrán lugar en 17 estados de la República Mexicana para el nombramiento de un total de 2 mil 159 cargos de elección popular, entre los que se encuentran 500 curules de la Cámara de Diputados, nueve gubernaturas y 641 diputaciones en 17 entidades, 993 alcaldías en 16 estados y las 16 jefaturas delegaciones en el Distrito Federal. Y es bajo este contexto político-social que Ulrich Richter hace un llamado a la ciudadanía a salir y ejercer su derecho y obligación de votar para elegir a sus representantes.

“Si bien el voto es un derecho de los ciudadanos, también es una obligación, por eso no comparto las corrientes que invitan a la gente a anular su voto o a no votar. Debemos de quitar la cultura del abstencionismo, asumirnos como ciudadanos y participar para poder sacar al país del estado en que hoy se encuentra y no solo eso, debemos de contribuir para llevarlo a buen puerto”.

Con esta reflexión comenzó Ulrich esta entrevista, la cual fue un claro llamado a despertar y crear conciencia de que si en México queremos un cambio, debemos de comenzar a cambiar por nuestra casa.

“Vivimos en una ciudad en la que diariamente tenemos que contribuir y dejar de pensar que el poder es solo de unos cuantos. Tenemos que hacer nuestra la idea de Aristóteles de que todos somos un zoon politikón (animal político) en mayor o menor grado, para tener un mejor futuro”.

El también escritor del libro De la protesta a la participación ciudadana, aseguró que ser ciudadano significa respetar las reglas para vivir, mientras que ser habitante supone imponerse a costa del otro.

Un ejemplo claro de habitantes es lo que hoy conocemos a través de la vox populi como los gentleman o las ladies.

“Para tener un cambio real, tenemos que actuar como ciudadanos, actuando de una manera civilizada, respetando las reglas de convivencia. En México nos hacen falta ciudadanos que puedan contrarrestar la crisis de valores que estamos viviendo y puedan enriquecer a la sociedad mexicana”.

EN PRO DE LA CIUDADANÍA

En su compromiso con la ciudadanía y el despertar de esta, Richter se ha dado a la tarea de plasmar en papel las ideas y recomendaciones para un actuar ciudadano. Cabe señalar que el total de la venta de sus libros, es donado a movimientos ciudadanos sin fines de lucro.

A través de su más reciente libro, Richter Morales realiza un análisis del despertar de la sociedad a nivel mundial, teniendo como consecuencia la protesta. “Este libro nace como una continuación de uno de los capítulos del primero (Manual del poder ciudadano) en donde hablábamos de la participación ciudadana, bajo la concepción de conocernos a nosotros mismos, conocer qué es un ciudadano, y compartir los conceptos fundamentales para enriquecernos y saber por dónde debemos ir”.

Respecto al tema de la protesta, el también abogado penalista aseguró que ésta “es un derecho de los ciudadanos cuando no trasgrede. Hoy día los pueblos están despertando y los gobiernos dictatoriales ya no se pueden sostener”.

“De la misma manera, el pueblo cada vez está exigiendo más la rendición de cuentas. Cada vez, los ciudadanos piden más y quieren participar”.

Para finalizar, Ulrich aseguró que “el libro tiene el mensaje de reivindicar la política, la cual ha sufrido un deterioro a nivel mundial. Tras el punto final de este libro, dejamos abierta la puerta para seguir explorando la vía de la fuerza ciudadana y continuar con otra obra donde se retoma la premisa de Aristóteles de que el ciudadano debe ser el eje de la política“.

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¿Quién es?

Ulrich Richter Morales
Cargo actual: Presidente de Ser Mexicano Es, AC
http://sermexicanoes.org/
Fecha de nacimiento: 16 de enero de 1966.
Cargos anteriores:
Secretario General de Ciudadanía en Democracia, APL, y consejero de Causa en Común, AC
Último grado de estudios: Maestría en Ciencias Penales.
Alma máter: Escuela Libre de Derecho.

Revista: Líderes Mexicanos, abril 2015
Texto: Lilian Reyes Berriell.

Fotografía: Roberto Tetlalmatzin.


Link a la publicación:
http://lideresmexicanos.com/2015/04/01/vena-de-justicia-ulrich-richter-morales/

ULRICH RICHTER, DE LA PROTESTA A LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA / II


MÓNICA E. ZENIL MEDELLÍN

Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM.
Escuela de Estudios Humanísticos ITESM-CCM

Segunda de dos partes


Ulrich Richter nos plantea el desafío de aceptar que la protesta es generadora de cambio y que dicho cambio puede ser extendido no sólo a quienes intervienen activa y visiblemente en ella, sino que la protesta es un acto que reafirma la preeminencia del ciudadano, al autoafirmarlo como agente en ejercicio de su capacidad de juicio, desarrollando medidas compartidas de eficacia política, usando distintos medios para ser escuchados por los grupos en el poder, principalmente actores gubernamentales.

Con lenguaje claro el autor expone las distintas formas de protestar que a lo largo de la historia reciente han tenido resultados efectivos, vale decir, transformadores e incluso revolucionarios. De esta manera, en el capítulo 1 —para usar las palabras de Richter— hacemos un viaje por distintas latitudes para reflexionar sobre la capacidad de los ciudadanos para cuestionar y proponer nuevas formas de expresión, para mostrar y mostrarse interesados en ir más allá de externar desacuerdos proponiendo soluciones ante el desgaste de los canales tradicionales de representación política.

Protestar, tal como es expuesto a lo largo del libro que tenemos ahora en las manos, es un acto inherente al ser humano. Lograr trascender mediante la protesta es primordialmente asunto de grupo. Por ello, en el capítulo 2, el autor esboza algunos elementos para entender la protesta como un movimiento social en el que confluyen intereses, identidades, expectativas y recursos para plantear, proponer o incluso forzar un cambio social. Con ello queda evidenciado que abrir espacios de interlocución es una tarea ciudadana que reviste una profunda significación social: estar con otros, construyendo escenarios para el encuentro y dándoles vida con su intervención.

Ante circunstancias desfavorables, necesidades crecientes y ausencia de canales efectivos de diálogo entre ciudadanos e instituciones emerge la protesta para expresar indignación. Indignarse es consecuencia de múltiples desequilibrios, fallas e insuficiencias de nuestros sistemas políticos. Por ello, en el capítulo 3, Richter explica quiénes son los indignados y ante qué circunstancias estos ciudadanos han decidido trascender su vida privada para apoderarse de los espacios públicos. Ésta es la identidad adquirida por las más recientes formas de protesta que hemos presenciado en diversas regiones del mundo y que lo mismo reivindican derechos sociales que culturales; es decir, todas estas formas de indignación contribuyen a que reflexionemos colectivamente sobre las grandes deudas que los ciudadanos consideramos deben saldarse.

Nuestra realidad nacional no está exenta de indignación. Las protestas han estado presentes en momentos clave de nuestra historia y han detonado cambios sin los cuales no podríamos comprender nuestro presente social. Por ello, en la parte final del citado capítulo 3, el autor analiza los movimientos de indignación que recientemente han aparecido en nuestro país.

Protestar e indignarse son premisas para impulsar la participación. ciudadana. En esencia, participar significa actuar con otros para lograr fines comunes. Los ciudadanos participamos motivados por distintos intereses y, como nos lo explica el autor en el capítulo 4, por la necesidad de expresar nuestro descontento; pero sobre todo participamos para expresar lo que desearíamos que sucediera a nuestro alrededor: mayor justicia, menor desigualdad, más diálogo, acuerdos más incluyentes. Los planteamientos que podemos extraer de las protestas ciudadanas son numerosos si aprendemos a ver más allá del reclamo, a veces espectacular, para descubrir que en ellas está contenida la ampliación y fortalecimiento de nuestra vida democrática. Participar como ciudadano, propone Richter, es una responsabilidad con otros ciudadanos y con nuestro país.

Así, protestar y participar son dos verbos que conjugamos primordial, aunque no únicamente, los ciudadanos. Debemos entender nuestras diferencias de modo constructivo y potenciar los canales de interlocución con nuestras instituciones, así corno con otros ciudadanos. Encontrar soluciones a los múltiples conflictos que vivimos en nuestro entorno no tiene por qué ser causa de otros conflictos; sin embargo, debemos entender que con ellos estamos fortaleciendo nuestra capacidad de diálogo, nuestros deseos de apertura de nuevos ámbitos de participación en donde se fortalezcan los derechos básicos y se incorporen otros provenientes de la protesta e indignación ciudadana.

En síntesis, la lectura de este libro nos alerta sobre la necesidad de abrir los espacios, tender puentes y generar los vínculos con otros ciudadanos para, como sostiene Alain Touraine, hacer que la democracia progrese más por la voluntad de igualdad que por el deseo de libertad. Con De la protesta a la participación ciudadana, Ulrich Richter Morales nos provoca a reflexionar, a dar un giro a un hecho social que es cada vez más cotidiano: la indignación. Esto es particularmente importante en un momento en que buscamos revalorar hacia dónde queremos que vayan nuestras instituciones, nuestra democracia. Este libro nos invita a pensar, y la historia nos ha demostrado que pensar es el primer acto de protesta.