lunes, 7 de abril de 2014

DEMOCRACIA… LA MENOS MALA DE LAS OPCIONES



Escribe el politólogo estadounidense Robert Dahl: "sería un grave error esperar demasiado de cualquier gobierno, incluso de un gobierno democrático".

Ninguna forma de gobierno, añade este profesor emérito de Yale, garantiza que los ciudadanos sean felices, prósperos, saludables, sabios, pacíficos o justos. Incluso, en la práctica, los ideales de la democracia siguen sin realizarse.

El ciudadano es el único que puede conseguir su propia felicidad, la prosperidad, la salud y la paz.

Mientras seamos cada vez más ciudadanos los que compartamos los mismos ideales, más fácil nos será tener una comunidad más próspera, pacífica y feliz.

Los ideales democráticos pueden no ser realidad todavía, como bien nos recuerda Dahl, pero eso no impide encontrar serios beneficios en la democracia y ubicarla como la alternativa más factible:

-La democracia ayuda a evitar el gobierno de autócratas crueles y depravados.


-La democracia garantiza a sus ciudadanos una cantidad de derechos fundamentales que los gobiernos no democráticos no garantizan ni pueden, garantizar.


-La democracia asegura a sus ciudadanos un ámbito de libertad personal mayor que cualquier alternativa factible a la misma.


-La democracia ayuda a las personas a proteger sus propios intereses fundamentales.


-Sólo un gobierno democrático puede proporcionar una oportunidad máxima para que las personas ejerciten la libertad de autodeterminarse, es decir, que vivan bajo las leyes de su propia elección.


-Solamente un gobierno democrático puede proporcionar una oportunidad máxima para ejercitar la responsabilidad moral.


-La democracia promueve el desarrollo humano más plenamente que cualquier alternativa factible.

-Sólo un gobierno democrático puede fomentar un grado relativamente alto de igualdad política. Las democracias representativas modernas no se hacen la guerra entre sí.


-Los países con gobiernos democráticos tienden a ser más prósperos que los países con gobiernos no democráticos.

De acuerdo con el filósofo y economista Amartya Sen, la democracia enriquece de tres formas la vida de los ciudadanos:

-mediante el ejercicio de los derechos civiles y la libertad política, porque este sistema estimula –necesita, de hecho– la participación de la comunidad en la vida política del país;

-gracias a la mayor atención de la clase política a las demandas y necesidades de la ciudadanía;

-mediante el aprendizaje recíproco de los ciudadanos, además de la ayuda a la sociedad para formar sus valores y establecer sus prioridades. 

MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA

Los medios de comunicación han desempeñado un papel muy importante en nuestra democracia. Podría decirse, incluso, que unos y otra se necesitan mutuamente, pues sin libertad de expresión e información no hay democracia ni medios. Dichas garantías reflejan de algún modo el grado de democracia vigente en un país.

En México, el ejercicio de las libertades de que gozan los medios de comunicación es respetado en general. Aunque de manera imperfecta e incompleta, la libertad de expresión e información está presente entre los ejes de desarrollo que se han propuesto diferentes instancias gubernamentales.

La labor de los medios es imprescindible para cualquier régimen democrático. A fin de cuentas, a todos los ciudadanos nos interesa saber qué hacen nuestros gobernantes y cómo utilizan nuestros recursos.

El autor estadunidense Frank Bealey señalaba con justicia lo siguiente:

"Sin conocimiento, la democracia es un sistema defectuoso".

Fernando Savater también identifica a los medios como indispensables para el ejercicio de la democracia, pues "configuran el espacio público en el que los ciudadanos se encuentran virtualmente. [...] Lo que en la democracia ateniense fue el ágora [...] lo constituyen hoy los periódicos, las televisiones, los radios, los blogs y el internet".

Por su parte, William N. Nelson opina que 

lo importante en un sistema democrático de gobierno no es que los procesos de toma de decisiones se realicen públicamente. [...] La democracia requiere que la casa del poder sea una casa de cristal, lo cual sólo es posible si su mecanismo decisorio actúa au grand jour, a plena luz del día.

Este autor recuerda que no en balde se conoce a los medios como el "cuarto estado" (o poder), a causa de la gran influencia que ejercen en la clase política y en la ciudadanía. Los medios son, de hecho, la fuerza más poderosa de todas.

Una de las conclusiones más evidentes y apremiantes que podemos sacar de ello es que los medios deben estar desvinculados de los partidos e ideologías políticas. Es fundamental que se presenten como defensores de la verdad y la objetividad.

Desafortunadamente, esto no siempre sucede en nuestro país. Precisamente el reclamo de algunos jóvenes universitarios fue la falta de democratización de los medios de comunicación en el periodo electoral de 2012, lo cual dio nacimiento al movimiento #YoSoy132.

Algunos autores europeos señalan que, para que un sistema democrático funcione, los medios deben:

-vigilar el entorno sociopolítico, informando de aquello que pueda afectar, positiva o negativamente, al bienestar de los ciudadanos;


-servir para el diálogo entre el rico abanico de opiniones, así como entre los detentadores del poder y el público en general;


-servir de mecanismo para exigir responsabilidades a los que ostentan cargos públicos por la forma en la que ejercen el poder;


-proporcionar incentivos para que los ciudadanos aprendan, elijan y se comprometan con el proceso político, y


-resistir las fuerzas externas que pretendan socavar su independencia, integridad y capacidad para servir a la audiencia.

En resumen, los medios deberían informar de manera honesta y puntual acerca de los asuntos de interés público.

Su papel es servir de lugar de encuentro del pluralismo político y social.

Si cumplen la función que la sociedad les ha otorgado, podrían ser fundamentales para ayudar a construir ciudadanía.

La concordia de todos los mexicanos es el objetivo final, y para ello, un gran aliado son los medios de comunicación.

En mi opinión, la construcción de ciudadanía a través de los medios debe tener dos ejes centrales. El primero deriva del mandato constitucional que establece al IFE (ahora llamado INE) como responsable de la educación cívica de los mexicanos.

Propongo que los medios contribuyan a la educación cívica, refrendando en su participación los valores cívicos, y por qué no realizar programas en torno al ciudadano y la participación de los derechos ciudadanos.

El segundo eje consiste en que las televisoras den más espacio a la participación ciudadana.

Ciertamente ha habido algunos avances en esto, pero se han quedado en debates de politólogos y académicos, hay que llevarlo a nivel del ciudadano y que participen.

Lo que no ha sucedido a cabalidad es que el ciudadano mismo participe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario