El significado del término
"cultura" ya no se restringe al cultivo de las ideas y la razón. Hoy
se han propuesto usos mucho más amplios. Por ejemplo, el antropólogo británico
Edward Burnett Taylor plantea que cultura es "aquel conjunto complejo que
comprende conocimientos, creencias, arte, leyes, moral, costumbres, así como
otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una
comunidad".
Por su parte, el antropólogo y jurista Bolfy Cottom explica:
Entiendo por cultura el conjunto
de símbolos, valores, actitudes, habilidades, conocimientos, significados,
formas de comunicación y organizaciones sociales, y bienes materiales que hacen
posible la vida de una sociedad determinada y le permiten transformarse y
reproducirse como tal de una generación en las siguientes.
El sociólogo Ely Chinoy señala a
su vez que la cultura está integrada por tres grandes categorías de
componentes:
las instituciones, es decir,
aquellas reglas o normas que rigen la conducta; las ideas, esto es, el
conocimiento y las creencias de toda clase —teológicas, filosóficas,
científicas, tecnológicas, históricas, sociológicas, etcétera—, y los productos
materiales o artefactos que los hombres producen y utilizan a lo largo de sus
vidas colectivas.
Nuestro actuar como seres humanos
gira en torno a normas sociales. Si no las respetamos, nuestra sociedad no
podrá marchar bien. Si persisten la impunidad, la intolerancia, la ilegalidad,
el enriquecimiento ilícito de ciertos políticos llegaremos al extremo de que
nuestros jóvenes y niños confundan desde pequeños los usos y costumbres
positivos con los negativos.
Es necesario revertir la
tendencia de dichos populares como el de que "El que no transa, no
avanza", que hasta un niño conoce. Para ello, sin duda hará falta el apoyo
de los medios de comunicación, la sociedad, los educadores y la clase
gobernante. A propósito, ¿cuántos servidores públicos federales han sido
enjuiciados por enriquecimiento inexplicable en el sexenio pasado? No debemos
permitir que el enriquecimiento de los servidores públicos siga siendo parte de
nuestra cultura.
SOCIEDAD PLURALISTA, TOLERANCIA Y
CONSENSO
¿Dónde empiezan y terminan tu
sociedad y tu cultura? Después de todo, no tenemos las mismas creencias,
comportamientos y costumbres. El pluralismo que hoy vivimos es lo que Giovanni
Sartori llama "sociedades abiertas".
Una sociedad plural supone que
una amplia gama de formas de vida conviven entre sí. Una condición
indispensable para ello es ser tolerantes e incluyentes, y no sólo con los
grupos indígenas, sino también en las urbes, donde suele ser muy difícil estar
abiertos a los puntos de vista de los demás.
Los mexicanos nos hemos vuelto
intolerantes. Yo soy el primero en subir al elevador, en mi vehículo no cedo el
paso al peatón ni a otro vehículo, me estaciono en rampas para discapacitados,
maltrato a la gente que me está atendiendo... Pero la tolerancia es una de las
virtudes del ciudadano. La filósofa Sofia Reding juzga que la tolerancia no
debe entenderse como sinónimo de dejadez, sino como aprecio por la diversidad.
Por su parte, Sartori opina que:
el grado de elasticidad de la
tolerancia se puede establecer con tres criterios. El primero es que siempre
debemos proporcionar razones de aquello que consideramos intolerable (y, por
tanto, la tolerancia prohíbe el dogmatismo). El segundo criterio implica el
harm principle, el principio "de no hacer el mal", de no dañar. Es
decir, que no estamos obligados a tolerar comportamientos que nos infligen daño
o perjuicio. Y el tercer criterio es obviamente la reciprocidad: al ser
tolerantes con los demás esperamos, a nuestra vez, ser tolerados por ellos.
Asimismo, Sartori opina que la
tolerancia puede contribuir de manera positiva a alcanzar consensos:
El consenso puede ser pura y
simple aceptación, un confluir generalizado y sólo pasivo. Incluso así, el
consenso es un compartir que de alguna manera une. Y esta definición pone bien
de relieve la conexión entre en concepto de consenso y el de comunidad."