viernes, 8 de noviembre de 2013

ESTADO Y DEMOCRACIA




DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE “ESTADO”

Conforme escribo este libro, vienen a mi mente las palabras del sociólogo español-alemán  Juan José Linz Storch: “Sin Estado no hay democracia.” Sobre todo en esta época en la que, como ya dije, se habla de México como estado fallido.

Es necesario que exploremos brevemente qué es un Estado, pues parte importante de las reflexiones de este texto convergen en ese tema. Además, comparto plenamente la opinión de Linz Storch, ya que no podríamos hablar de democracia sin entender qué es el Estado, más aún con la crisis por la que atravesamos.

En nuestro país, día a día aumenta la inseguridad, se pretende intimidar el voto de los ciudadanos, grupos criminales atentan contra las instituciones y permea un ambiente de incertidumbre. Lo que está en juego es el futuro del Estado mexicano. No sólo eso; si lo piensas bien, en el fondo estamos hablando de qué tipo de nación heredaremos a nuestros hijos (…)

¿QUÉ ES DEMOCRACIA?

Llegamos ahora a uno de los caminos más transitados en los últimos tiempos. Si algo nos ha enseñado la caída del comunismo y del muro de Berlín en 1989 es que no existe sistema político, muro o pared alguna que los ciudadanos no podamos derribar, y qué decir del reciente derumbe de la dictadura de Egipto y de otros países, bautizada como la “Primavera Árabe.”

La palabra “democracia” proviene de la antigua Grecia. Te parecerá curioso saber que Aristóteles no la veía con buenos ojos, pues la consideraba una forma degenerativa de gobierno.  Sartori cuenta que para la Estagirita, “la democracia era el mal gobierno de los muchos.”

Sin embargo, es difícil pensar en una palabra que se ajuste mejor al propósito de este libro. Sus raíces griegas significan: poder (kratos) del pueblo (demos). La democracia es, así, el poder del pueblo, el poder de los ciudadanos (…)

CLASES DE DEMOCRACIA

En estos tiempos, hablar de democracia es hablar de debate. No en vano los ciudadanos nos preguntamos qué es lo que nos falta para vivir bien; después de todo, ya vivimos en democracia. La verdad es que, simple y sencillamente, nos sentimos alejados de nuestros legisladores, de las personas que supuestamente nos representan. Creo que comprender cuáles son las principales clases de democracia nos ayudará a entender mejor esta problemática (…)

LA MENOS MALA DE LAS OPCIONES

Escribe Robert Dahl que “sería un grave error esperar demasiado de cualquier gobierno, incluso de un gobierno democrático.” Ninguna forma de gobierno, añade este profesor emérito de Yale, garantiza que sus ciudadanos sean felices, prósperos, saludables, sabios, pacíficos o justos. Incluso, en la práctica, los ideales de la democracia continúan sin realizarse.

Las palabras de Dahl me hacen pensar que no me he equivocado al elegir el tema de este libro. El ciudadano es el único que puede conseguir su propia felicidad, la prosperidad, la salud y la paz. Mientras seamos más ciudadanos los que compartamos los mismos ideales, más fácil nos será tener una comunidad más próspera, pacífica y feliz (…)

LA DEMOCRACIA Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

(…) En mi opinión, la construcción de ciudadanía a través de los medios debe de tener dos ejes centrales. El primero deriva del mandato constitucional que establece al IFE como responsable de la educación cívica de los mexicanos.

Propongo que los medios contribuyan a la educación cívica, refrendando en su participación los valores cívicos, y por qué no realizar programas en torno al ciudadano y la participación de los derechos ciudadanos.

(…) El segundo eje, consiste en que las televisoras den más espacio a la participación ciudadana. Ciertamente ha habido algunos avances en esto, pero se han quedado en debates de politólogos y académicos, hay que llevarlo a nivel del ciudadano y que participen.

Lo que no ha sucedido a cabalidad es que el ciudadano mismo participe.

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